Documental Ficción Experimental Animación Musical
 
SoloCortos.com Escribe

:: No es ninguna novedad, pero Dios existe

Fútbol. Es imposible no pensar en Héroes. Así surge este paseo por la película oficial de la Copa Mundial de Fútbol, México ‘86.


Como primera instancia, cabe aclarar que esta no es una película argentina, sino una producción de la World Mark Trade Soccer Asociation , y se le otorga la responsabilidad de ser la película oficial de la XIII° Copa Mundial de Fútbol . Ese que gozó del gran momento del mejor jugador de todos los tiempos. Sí, Diego.
Para hacer más interesante este recorrido no queda otra que dividirlo en dos grandes bloques de lectura. Uno que respecta exclusivamente a la información del Mundial, y otro que aborde al film como construcción narrativa.
El primero deja bastante que desear. Comienza con la enumeración de las figuras de cada equipo: Maradona, Elkaer, Francéscoli, Platini, Lineker, Rummenigge, Butrageño, Sócrates, Laudrup y Sánchez. Y acá ya empiezan los problemas. Los equipos participantes son veinticuatro y las figuras, diez. Las selecciones se dividieron en seis zonas, clasificando para los octavos de final los dos primeros de cada una, y los cuatro mejores, terceros. Se decidió volver a la vieja reglamentación de eliminación directa entre los equipos clasificados después de la primera fase.
Luego se rememora la reconstrucción de la ciudad tras el terremoto que la azotó en 1985 y cómo este factor convertía la copa mundial en algo más que un evento deportivo. La depresión posterior al terremoto sólo pudo ser rebatida con el entusiasmo de ser sede del Mundial.
Y siempre se quiere más. El regreso de la figura de la selección mexicana, Hugo Sánchez, era el otro punto estimulante. Así fue que el primer partido que disputa esta selección, ayudada por la voluntad de Dios, explica la voz en off de la película, es ganado con un gol de Sánchez.
De aquí en más, la película toma el rumbo que reconstruye el fixture sólo desde los finalistas. Es decir, Argentina y Alemania. Lógicamente, en ese camino aparecen los demás equipos, y por el mismo motivo, muchos pasan sin pena ni gloria. Cosa que posiblemente sea correcta para quien desea rememorar los mejores partidos, pero quizás como film oficial deja demasiado clara la postura que adopta la FIFA con respecto a las selecciones de todo el mundo.
Entonces, los partidos que se muestran son los de Argentina: 3 – Corea del Sur: 1, Argentina: 2 – Bulgaria: 0, Argentina: 1 – Italia: 1 y de allí salta a los octavos de final, sin pasar por la zona de Alemania.
Los partidos fueron: México: 2 – Bulgaria: 0; Unión Soviética: 3 – Bélgica: 4; Argentina: 1 – Uruguay: 0; Brasil: 4 – Polonia: 0; Italia: 0 – Francia 2; Brasil: 4 – Polonia: 0; Marruecos: 0 – Alemania: 1; Inglaterra: 3 – Paraguay: 0; Dinamarca: 1 – España: 5.
Los cuartos de final, ya cobran sentido y los partidos son: Brasil: 1 (3) - Francia: 1 (4); Alemania: 0 (4) – México: 0 (1); España: 1 (4) - Bélgica: 1 (5); y no habría que aclararlo, pero las estadísticas son así, aquel histórico Argentina: 2 – Inglaterra:1.
A esta altura de la película, el espectador logra revivir la tensión de aquellos días. Por más que se sepa el resultado de antemano, la ansiedad por conocer al vencedor se abusa de uno. Además, el relato en off se refuerza la creación de este incomparable clima de mundial.
Semifinales: Argentina: 2 – Bélgica: 0; Alemania: 2 – Francia: 0.
Más, me das cada día más: Argentina: 3 – Alemania: 2. El resto de la historia, ya se sabe.
Si bien es difícil retomar ahora, con las imágenes de esa final, aún frescas en la memoria, un criterio objetivo de análisis narrativo, no deja de ser interesante hacerlo.
Aparecen pruebas del valor que tiene el film, casi toda responsabilidad y mérito del peso propio de las imágenes. Es decir, la posibilidad de que un espectador virgen de mundiales logre reconstruir la copa con la mera visión de este film, es mínima. La administración de la información está organizada con un criterio complicado. Difícil tarea la de determinar si es la correcta o no, pero al margen del juicio de valor, está dispuesta de manera compleja.
Como sólo se abordan dos de las seis zonas y se pasa rápidamente a los octavos de final, hay casi seis días de partidos eliminados cotejando el calendario y el fixture. Y sí, posiblemente no sea muy importante recordar Argelia – España, pero sí lo es detenerse a pensar que el criterio de selección que lleva todo el relato es el de los finalistas. Lo que conduce a preguntarse si es una película documental, del registro histórico, o un exclusivo producto del marketing.
Por qué no preguntarse también qué fue lo que empujó a la World Mark Trade Soccer Asociation a realizar la cobertura de esta copa. La multiplicidad de cámaras acusa una preproducción seria, y la elección de tamaños de planos también. Errados o no, fueron premeditados. No es fácil seguir durante todo el partido al jugador estrella de cada equipo, sólo encuadrándole las piernas o el rostro. Es astuto tomar en cuenta que para la jugada en plano general se puede contar con alguna de las incontables cámaras que siempre registran el mundial. Todo esto hace pensar que el interés por cubrir los empujó a hacerlo, pero aparentemente no era prioridad que las imágenes sirvieran para reconstruir la mirada desde aquellas mexicanas tribunas cosmopolitas, sino que fueran más vistosas, mejor compuestas sí, pero que lejos estuvieran de estar al servicio del hincha del fútbol que discute incansablemente sobre las líneas de cada selección, la estrategia de juego que cada técnico llevó a ese mundial (cosa casi imposible de hacer con los planos cerrados y la fragmentación del montaje de Héroes); y, alimentar así, esa discusión que tanto le gusta a los periodistas deportivos sobre quién es el responsable de los logros obtenidos: los jugadores o el técnico.
Sin embargo, el film logra su cometido. Pese a esta innovación en el formato, el público aceptó rotundamente la fórmula de los primeros planos, el relator en el idioma original de cada selección para los goles importantes y la música que Rick Wakeman compuso para la película (salvo el hit de Valeria Lynch, por supuesto). Eso explica la posterior edición de Héroes 2, que cubre el Mundial del ’90.
A esta altura, las preguntas ya cansan. Más vale cerrarla reflexionando sobre la magia. La magia del fútbol y del cine. Una combinación que a priori debiera ser explosiva, pero no siempre corre esa suerte.Por un lado, hay que reconocerlo, es fácil capturar imágenes mágicas si uno de los que está en la cancha es Diego. Pero al margen de este factor ajeno al mundo ordinario, también hay que darle crédito a lo que cada unidad de veinticuatro cuadros por segundo puede hacer cuando hay algo que decir del otro lado del lente. Todo conduce a pensar que tanta magia junta no siempre puede funcionar. Que ya tuvimos muestra suficiente de ello, y que de aquí en más no sólo depende de las imágenes. Pero lo cierto es que siempre hay algo interesante que decir, todo depende con qué lápiz se escriba o con qué ojos se vea. Por eso, hay que tener paciencia, ya va a llegar un nuevo capítulo de este romance intrincado entre cine y fútbol.
No sólo en el fútbol la ingratitud es lo que nos va a matar. Pero así somos. Es simple. Si hablamos de héroes, hay que hablar de Diego y rezarle nuestro credo.

“ Creo en el Espíritu Futbolero, la Santa Iglesia Maradoniana, el gol a los ingleses, la zurda mágica, la eterna gambeta endiablada y en un Diego eterno.


Por Lara Decuzzi (lara@solocortos.com)
© Todos los derechos reservados

Versión para impresora





Quienes somos Descargas Enlaces SoloCortos.com RSS Condiciones de Uso

¿Noticias sobre cortos y cine?
Registrate aquí

SoloCortos.Com
SoloCortos.Com
SoloCortos.com