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:: Irvin Rapper y un sutil estudio de la anatomía del suspenso *

A través de los films La extraña Pasajera (1942) y Decepción, se aborda aquí la carrera de un director olvidado que utiliza el suspenso de manera sutil y elegante

Se nos dice que IRVIN RAPPER (Londres, 1898-1999) es una de las figuras desconocidas de la historia del cine. Al indagar en su filmografía, ésta parece contrariar esa común ambigüedad entre obra fílmica versus notoriedad, lo cual no sorprende.

Suspense. (Voz ing). m. En el cine o en una obra teatral o literaria,
momento en que la acción o el desenlace mantiene un estado de tensión o
expectación impaciente en el espectador o lector.
(1)

En el cine, como en otras expresiones del arte, se puede hacer teoría en la práctica. De hecho, debe hacerse, es una forma de obligación del artista para con su arte. El suspense o suspenso es una construcción sobre lo sutil que mina un relato en forma creciente hasta que la propia estructura no lo soporta y ruega por quebrar lo que lo ciñe y así liberarse y liberar, de alguna, manera al espectador.

Al abordar dos filmes como La extraña pasajera (Now Voyager, 1942) y Decepción (Deception, 1946), se descubre un director cuyo talento reside no sólo en lo formal –encuadres, movimientos de cámara, utilización de la iluminación y de la música, marcación actoral– sino en lo sensible del tratamiento de las posibilidades de un rostro, un gesto, una nota musical y de las intrincadas variaciones y vericuetos que permiten las relaciones humanas (siempre ambiguas, siempre material de primera para torturas psicológicas, malentendidos, fracasos, etc, etc, etc).

Justamente de una exploración o de una búsqueda se trata, y cuyos últimos resultados son tan ambiguos como los cuestionamientos mismos. Los finales no están a disposición del espectador sino a la altura de los conflictos y en la oscuridad en la que se debaten los personajes es donde se guarda la llave del reino, de ese reino de sombras que es el alma humana.

Hay un tono sombrío común en las dos obras, una sutil utilización del suspenso, como elemento que contamina y se desliza entre los personajes, tejiendo un entramado de dudas que serán definitivas en la resolución del conflicto. Ese suspenso, se sabe, debe crecer como una nota musical hasta su máxima altura. Desde esa altura es, desde donde debe lanzarse al espectador en una caída libre para terminar sumergido en ese drama, porque drama es acción, y acción es conflicto, y el conflicto lleva puesto un denso velo llamado suspenso, que corta la tranquilidad, suspende ese estado inalterado sin saber sobre qué revés decantará la justicia narrativa, que bien dicho, puede ser justicia o injusticia.

El conflicto: Una oposición de fuerzas, lucha de oponentes unidos por un vínculo de necesidad. En La extraña pasajera se muestra casi vedado al espectador, tan oculto como las intenciones reales de TINA (BETTE DAVIS). Estas parecen mostrarse evidentes pero hay algo más profundo que marca el carácter del personaje y que se ve revitalizado en la composición de la DAVIS. Ese conflicto vedado es un debate interno del personaje, que una vez cerrado el conflicto que sostiene ella con la tiranía de su madre, avanza en un sentido inesperado. Lo inesperado, allí es donde reside el valor de la sorpresa, otro elemento que destruye la rutina narrativa a favor de una trama complicada; y es que los seres humanos son criaturas complicadas, o al menos son criaturas que tienden a complicar su existencia (y la de los otros).

Decepción es más abierta en el sentido de los personajes que en apariencia muestran sus intenciones con respecto a los otros, siempre dejando latente un principio de duda. Duda que, otorga un tono extraño, claustrofóbico, propiamente de obsesión, que parece aplastar a los personajes donde no hay verdades develadas ni finales esclarecedores. Una vez más, hay gestos, rostros, que hablan por sí mismos de tormentosas contradicciones.

Si el conflicto se centra en el triángulo pasional entre BETTE DAVIS, PAUL HENREID y CLAUDE RAINS, hay en cada uno de ellos algo que los atormenta y no les permite ver más allá de la lluvia, de la noche, siempre constante, siempre rodeándolos. HOLLENIUS (CLAUDE RAINS) es la figura mítica del gran músico, frontal y pretencioso, un Dios griego que descendió a la tierra de visita para dejar algo de su gracia, pero sólo a sus favoritos… al resto miseria.

Decepción es un filme oscuro y pesimista, no hay fortuna, y hasta las lealtades parecen ser un juego de varias caras, todas ambiguas. La utilización de la escenografía es fundamental. En La extraña... hay una predominancia del día sobre la noche, el exterior claro y luminoso parece ayudar a TINA a encontrarse y encontrar su lugar, hay un optimismo por encima del drama que ata a la protagonista a su casa y a su madre, que con sus dedos repiquetea sobre un mueble, marcando una impaciencia (lo gestual una vez mas es el detalle cuidado y riguroso que dibuja los personajes y sus rasgos propios). El suspenso es entonces una construcción de detalles, que se suman a otros detalles y viceversa, una especie de puzzle imaginario y complicado.

La lealtad se pone en tela de juicio en Decepción y cuando se duda allí está la música para acercarnos a la oscuridad que devora a sus personajes, acentuando los momentos en que se debilita la verdad y se acentúa el apasionamiento. El horror se devela poco a poco y la tragedia sólo libera la tensión reinante que no promete felicidad, ni libertad, ni triunfo ni nada.

“La casa de una mujer es su castillo” revela el admirable RAINS (porque el elenco en ambos films es el mismo: RAINS – DAVIS – HEINREID), en el papel de psicólogo de TINA (DAVIS) en La extraña... Esta parece ser la clave de los dos personajes que compone respectivamente BETTE DAVIS en cada filme: un castillo amurallado frente a la imposibilidad de ser mujer frente a las debilidades de los hombres, el carácter emerge, lentamente, para adueñarse de la situación, lo hace hasta ser definitivo y superior a la prueba puesta en acción.

El carácter. La música marca el carácter de la obra y de los personajes: En ambos films la música tiene un rol casi protagónico. En ambos casos la dirección musical es de LEO FORBSTEIN (director musical de El Tesoro de Sierra Madre y El Halcón Maltés de John Huston, Casablanca de Michael Curtiz y El Sueño Eterno de Howard Hawks, entre otros filmes). En Decepción su rol es fundamental y aquí entra en juego otra pieza de construcción: la composición musical de ERICH WOLFGANG KORNGOLD (Austria 1897-1957).

El dramatismo que se juega es de vida o muerte y está escrito en las expresiones, en las composiciones, marcando, ocultando, anticipando un fracaso o una derrota, un triunfo, un homicidio o una despedida. La escena frenética del final en que KAREL (PAUL HENREID) pone a prueba su talento y los nervios de CRISTINA (BETTE DAVIS) y los de cualquier espectador sensible.

El suspenso y sus herramientas. La lluvia, la música, la luz, narran cinematográficamente. El clímax en Decepción muestra a CRISTINA presa del temor por lo hizo, que sabe es irreversible, y a KAREL dejando la vida en la interpretación de la obra de su oponente. En La extraña pasajera un momento en Río de Janeiro al compás de un bolero se sigue en los balcones de las habitaciones y consuma el encuentro entre DAVIS y HENREID.

La cámara está allí, donde el ojo del director diestramente observa, establece relaciones y bucea en el abismo del alma humana. Acompañando, con sus movimientos, siguiendo un personaje. Utilizando los mismos movimientos de cámara y encuadre abriendo ambos filmes, un suave movimiento hacia una entrada, en uno, una casa, en el otro, un teatro. Una vez más los detalles que hacen el suspenso en pos de una belleza plástica que hace partícipe al espectador, lo involucra, en el encuadre, en la fotografía, en la iluminación. Así la noche en un crucero puede acentuar la belleza e intimidad de sus protagonistas, o una noche con lluvia parece caer por un ventanal como cae sobre el cuerpo de KAREL.

Talento. Desde el elenco, encabezado por el triángulo RAINS/DAVIS/HENREID. Donde la belleza, la contradicción dejan paso a la sensualidad y la seducción, el horror, iluminando la escena con sutilezas o explosiones, matizando y legitimando la verosimilitud de cada trama, enfrentando la firmeza y la confianza, trabajando sobre lo sutil de las caracterizaciones, allí donde habitan pasiones latentes por develar.

Desde la dirección, es desde donde RAPPER muestra la sutileza de las contradicciones, la ambigüedad de los personajes y las pasiones, destacando los detalles, creando climas extraños, emotivos, a través de la utilización elaborada del encuadre y la fotografía. Su arte se consuma con elegancia y una profunda mirada al interior de las sombras.

* Nota publicada en Psyche Navegante Nº 54 – www.psyche-navegante.com / Área: Cultura. / Sección: Espectáculos. Cine

Notas:

(1) Compact Océano. Diccionario Enciclopédico. OCEANO Grupo Editorial. Barcelona. España. 1998


Por Christian Busquier (editorial@solocortos.com)
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